Le gustaba llamarme Laura...

... Laura la amiga, la compañera, la fiel lectora de sus pensamientos.

Yo le hablaba de "tú", sin formalismos, con voz adulzada y paciencia recién estrenada.

Nos conocimos en la oscuridad de una noche solitaria. Él fumaba cigarrillos rubios y se recreaba con el humo a contraluz con la noche. Me atrajeron sus manos, sus ironias y sus risotadas que actuaban con puro magnetismo haciéndose imitar por las mias. Nos abrazamos y nos quisimos en silencio.

Un día me dijo que quería saltar, saltar al vacío, dirección estrella polar. Yo le ayudé a hacerlo. Y saltó. Saltó hasta llegar al mar... Inició una travesía dejando atrás todo lo que le ataba, y en la libertad sólo tuvo pensamientos para mí...y para ella. Y al volver quiso verme, y nos vimos. Nos miramos tan adentro que me entró miedo. Mis ojos estrenaban mirada, y quise salir corriendo. Pero me quedé quieta, respetando distancias. Y él... un dia desapareció sin decir más, como si una ola se lo hubiera tragado para no volver jamás...

A él, que me conocía como nadie, le gustaba llamarme Laura.

Conclusiones de año viejo

Hoy acaba la transición de un año que ya pertenece por suerte al pasado.
Mañana, entre la resaca y los restos de pintura, me enfrentaré al espejo con mi siempre presente sonrisa y la certeza de que cada día tengo un mundo nuevo de nuevas oportunidades, para ir consruyendo mi propia vida.



A todos os deseo lo mejor para este año...

Esta misma noche

He recibido una carta donde me regalabas un adiós, un hasta siempre.
Me dices que el recuerdo te persegirá hasta los fines y me deseas lo mejor en mi vida.
Una vida que hasta hace un año siempre fue tuya.
Hasta hace un año...

Hoy mis pasos se aceleran en una dirección que desconozco, un nuevo año, mil promesesas rotas
y unos tacones que me impiden avanzar... Pero avanzo. A tientas a veces, pero avanzo.
Miro hacia adelante con la esperanza de que esos recuerdos se queden en imágenes plasmadas en mi memoria inerte y que se las acabe llevando el viento...

En pasado

Lo conocí cuando en realidad ya lo conocía.
Aspecto de chico malo, sin afeitar, aparentando ser lo que en realidad no era...
No llegó a sorprenderme.
Y lo quise, lo quise sin ataduras, sin recelos, sin celos.
Lo quise porque jamás me pidió nada.
Tampoco me atreví a pedir, me bastaba con el hecho de que estuviera.
Y un dia se fue.
Sin un adiós, sin un halago.
Sin saber como volver...